jueves, 7 de marzo de 2013

Aesop, una tienda de cosmética inspirada en las boticas de antaño.

La idea va más allá incluso al querer desplazarse en el tiempo. El estudio encargado del proyecto, se ha inspirado en las boticas de antaño para exponer los productos de esta firma australiana dedicada al cuidado del cabello y el cuerpo. Si antaño, botes y tubos se apilaban desordenadamente en viejos estantes, ahora lo hacen en cajas de cartón apiladas en forma de una original estantería que ocupa toda la pared.

Y ya está, porque el resto del mobiliario es un mostrador con dos pilas empotrado en la estantería y una mesa enfrente que puede moverse de sitio. No hace falta más, opina el fundador de la marca, el cual se define a sí mismo como un “creativo provocador” y suele dar carta blanca a los diseñadores que contrata.

En este caso tampoco se podía hacer mucho más. Las reducidas dimensiones del local obligaban a limitar la estantería a una sola pared y a dejar el resto limpio de elementos para no saturar el espacio. Las cajas, por su parte, se adaptan a las dimensiones del producto y al modo de presentación que se sigue en todos los establecimientos de la marca; la única característica que comparten, por cierto, pues no hay dos tiendas de Aesop iguales.

La pared de enfrente y el techo están recubierto de corcho, un material que contrarresta la textura del cartón y sirve de aislante, amén de ser uno de los materiales preferidos de este antiguo peluquero. “Tiene un alto impacto visual y es bien recibido”, ha dicho Paphitis, quien también quiso recurrir a este material en su establecimiento de Zurich.
Por otra parte, un suelo de masonite resuelve la transición del cartón al corcho.



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