miércoles, 18 de septiembre de 2013

Nueva flagship Store de Louis Vuitton en Passeig de Gràcia de Barcelona



Hoy se inaugura (mañana para el público), la nueva flaghip store de Louis Vuitton (grupo LVMH) en Passeig de Gràcia de Barcelona.
Situada en el numero 80, anteriormente sede de Ibercaja, cuenta con 1.500 m2 de superfície distribuidos en planta baja y planta primera (que anteriormente era una vivienda particular). El antiguo local de la marca, la ocupará la nueva flagship store de Cartier (grupo Richemon) que también se traslada.



Atravesando el pórtico exterior se ingresa en un amplio vestíbulo, abierto hacia los distintos espacios dedicados a la marroquinería. Los muros se han eliminado: toda la arquitectura y el diseño descansan en los volúmenes, los techos altos y la luz, en un juego de claroscuros que refleja la luminosidad de la ciudad catalana. 

La piel, materia prima de los iconos más bellos, se muestra en todo su esplendor en los productos de la Maison: el cuero natural, característico de Louis Vuitton, trabajado con taninos vegetales y que adquiere una tonalidad caramelo con el paso del tiempo; las pieles exóticas y preciosas como las de cocodrilo o pitón; o el recién creado Monogram Empreinte, piel grabada con el estampado del monograma. La variedad es amplia y la paleta de colores y terminaciones casi infinitas.   

La planta baja de la nueva tienda está reservada a bolsos, accesorios y pequeña marroquinería. Los iconos atemporales tienen eco en las últimas colecciones de los desfiles y en las más hermosas creaciones de marroquinería de la Maison. Para presentarlos, un espacio luminoso y cálido en madera, con incrustaciones de bronce y un precioso suelo de estalactitas italianas de ónix.
El espacio para la mujer está bañado por la luz que entra a través de las amplias ventanas de la fachada. Antiguo piso residencial, conserva sus códigos: tonos luminosos, parqué de madera y mobiliario a medida (objetos de coleccionista comprados en anticuarios, reediciones de los años 50 y muebles de diseñador como la mesa de Fran Taubman). En la parte central, las colecciones de ready-to-wear alternan con las de zapatos, entre sillones que invitan a descubrirlas con total serenidad. A la derecha, un salón privado alberga las creaciones más exclusivas.

A la izquierda se extiende el espacio para el hombre, dominado por los tonos oscuros de la teca ahumada, que recuerda al ambiente de un club para caballeros. En él se encuentran las colecciones de marroquinería, zapatos y accesorios. Al fondo, un pequeño salón presenta el ready-to-wear y las últimas creaciones de los desfiles, en una atmósfera acogedora y discreta que invita al descanso, lejos de la efervescencia exterior del paseo.

Se accede a la primera planta por una escalera de caracol, de forma escultural con total transparencia y ligereza.  Solo la base es de metal patinado, reminiscencia de la tradición del hierro forjado tan típico de Barcelona. En la parte superior, una cúpula de oro de hoja ilumina el conjunto.



El edificio residencial de 1874 construido por el arquitecto Rafael Guastavino, del cual se conservan todavía algunos elementos de la fachada.
Rafael Guastavino representa a la perfección la imagen del viajero apasionado que encarna Louis Vuitton. Nacido en Valencia en 1842, se trasladó a Barcelona para formarse como arquitecto, donde comenzó a trabajar. En 1881 ya había abandonado España para viajar a Estados Unidos, desarrollando buena parte de su trabajo en Nueva York, donde dejó para la posteridad iconos como la estación Grand Central Terminal, el Museo Americano de Historia Natural en Central Park, la iglesia de San Bartolomé en la Quinta Avenida o incluso el Hospital Monte Sinaí.


Anuncio de ayer en "La Vanguardia" con la imagen de la salamandra Gaudiniana, de la artista Billie Achilleos, echa especialmente para el evento de inauguración.



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