martes, 15 de julio de 2014

Carnicería Germans Soler


La Carnicería Germans Soler, en un edificio con la fachada principal a pie de carretera y una de los laterales también visible para los coches ya que está situada al lado de un solar. El arquitecto Pau Sarquella ha sido el encargado de conseguir el objetivo: que los vehículos ya no la ignoren.

El rediseño también se ha aplicado tanto en el exterior como en el interior, buscando una renovación total que ofrezca una imagen más actual y atractiva pero sin perder el carácter tradicional que distingue a este negocio, que ya va por su segunda generación. La fórmula del arquitecto ha consistido en recuperar la arquitectura original del local, realizar una estudiada elección del mobiliario y jugar con la creatividad como reclamo. Y ha funcionado, pues aparte de ya no pasar desapercibido, el proyecto ha sido uno de finalistas a los Premios FAD de Arquitectura e Interiorismo de esta edición 2014.

Lo primero fue recuperar el estado original de la tienda, situada en la planta baja de una casa familiar de dos plantas.  Desenterraron los pavimentos, destapiaron las ventanas, tumbaron paredes, rascaron los muros y descubrieron las bóvedas.Inundaron el interior de blanco para dotar de luz al local. Sólo se salva parte del techo abovedado, en el que se mantiene el color natural del ladrillo. La mayoría de las zonas de exposición y trabajo se alicataron con baldosas para higienizar y añadir reflejos.

El suelo para la zona pública también está cubierto de azulejos, pero con mosaicos en tonos oscuros, que contrastan con el blanco y le dan un aspecto vintage. Por otra parte se han dejado los conductos a la vista para añadir un cierto toque industrial. Luego tenemos los acabados y el mobiliario. Aquí Sarquella ha realizado un aproximamiento más nórdico al emplear la madera de pino para otorgar calidez y confort al espacio.
El mobiliario es el auténtico protagonista de la tienda. Puesto que el objetivo eramaximizar los metros lineales de exposición, se ha buscado una solución que gestione la entrada, organice el espacio en la diagonal más larga para guiar la compra y dirija la mirada hacia los productos más suculentos. Una serie de vitrinas y estanterías diseñadas por Sarquella, en colaboración con la arquitecta Carmen Torres, lo resuelven.




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